A 200 km de la ciudad de Buenos Aires en un entorno Rural próximo a la ciudad de Pila, surge el encargo para la reforma una pequeña vivienda en la inmensidad de la llanura pampeana.
El campo llamado “El Basson” dedicado a actividades agricolaganaderas, y por sobre todo vinculado a un espacio de esparcimiento para la familia que residía en la ciudad, define sus límites con el Río Salado , la Ruta 41 y otros campos vecinos.
La vivienda debía ser transformada para responder a las nuevas dinámicas de uso, crecimiento de la familia, reuniones familiares, reuniones laborales, vacaciones, etc.
Así mismo era pertinente operar sobre todos los elementos que formaban parte del campo, aljibe, molino, tanque australiano, laguna, fogonero, forestación, en un plan de reforma y acondicionamiento general. Todos los espacios habían sido pensados, construidos y habitados por familiares que ya no están. Entendiendo que todos estos elementos preexistentes tenían una gran carga simbólica y formaban parte de la memoria colectiva de la familia, la estrategia fue siempre conectarse al sitio preservando las preexistencias y utilizándolas como manual de soluciones para generar la nueva arquitectura. De esta forma el repertorio de soluciones estaría siempre inspirado y conectado en la memoria y los momentos vividos en dicho lugar., “El campo de la Familia”