Surge un encargo para la ampliación de una vivienda unifamiliar en la zona de Adrogué. Partiendo del imaginario de un QUINCHO, pensamos en un gran techo de paja flotando en el parque.
Esta gran cubierta flotante genera un menor impacto de la construcción sobre el terreno libre y una extrema fluidez entre el interior y el exterior. El perímetro de cerramiento totalmente acristalado permite que el parque ingrese debajo de la cubierta. El quincho se abre hacia el sur y hacia el terreno colmado de vegetación.
El sector del parque mejor asoleado estaba reservado para el jardín. Por lo tanto, la operación de la lucarna nos permite capturar el sol de forma indirecta generando juegos de luces y permitiendo la circulación del aire en verano. De noche actúa como linterna. El trabajo de la materialidad del cielorraso nos remite a las típicas construcciones de paja de los quinchos, resuelto con un patrón aleatorio de kiri.